Dices quererme, pero sólo lo dices para tenerme siempre ahí para tí. Dices extrañarme, sabiendo que sólo lo usas como motivo para no dejarme ir. Me estas matando, sinceramente nunca me sentí así. Amo el día en que te conocí, pero hoy lo puedo llegar a odiar. Amo tus besos, pero quisiera poder arrancarlos de mis labios. El peor de los recuerdos es ese que tienes en la mente y que nadie ni nada lo puede cambiar. Quisiera poder olvidarte, pero te juro, me es muy dificil. Lo peor de todo es que me advirtieron de tí, aún así no los escuché y me dejé llevar. Hoy, pienso, Qué boluda fui en no escuchar. "Apareciste cuando menos lo esperaba y si estoy con vos, ya no necesito nada" Con eso me voy corazón, me despido de algo que nunca pudo ser.
Recuerdos que llevo mucho más que en mi memoria, si no en mi corazón. Momentos vividos como si fueran el último y recordados como si fueran parte del presente. Tan recientes que aún puedo escuchar tu risa angelical y oler tu aroma pordoquier. Aún logro oir tu voz que no para de hacerme divagar. Aún puedo sentir la calidez de tus labios que me hacen volar. Puedo sentir tu respiración cerca mio, y hasta sentir tu dulce andar. Recuerdos; recuerdos que se vuelven reales. ¿Es acaso un sueño o simplemente la realidad? De igual manera, no quisiera nunca despertar.
Miradas. Es el medio por el cual el corazòn habla. Suelen ser muy sinceras las de aquellos que sufrieron por amor. Muy dèbiles y transparentes, capaces de atravezar la tuya sin un mìnimo gramo de fuerza. Sòlo aquellos con el corazòn abierto pueden entenderlas; porque tienen un lenguaje muy especial, el lenguaje del corazòn.
Ni tus cambios de estado logro entender. Eres como un niño juguetón pero a la vez sensible. Eres como un guerrero, valiente pero a la vez temible. Eres como un animal que sigue su instinto, pero a la vez es desconfiado. Eres como una mina en sus dias, pero a la vez la persona màs segura del mundo. Eres como un águila, observadora pero a la vez solitaria. Eres como un rìo que sigue la corriente, pero a la vez un remolino que acaba con el camino. Eres como un felino que siempre cae de pie, pero a la vez como un cristal que se puede llegar a romper. Entonces pequeño bandido, dime quién quieres ser conmigo.
